domingo, 15 de abril de 2007

EN DEFENSA DEL PSIQUISMO FRENTE AL TRAUMA POR CATÁSTROFE: El “DEBRIEFING”


Por Patricia Martínez Llenas.

El traumatismo psíquico por stress mayor ocasionado en circunstancias de catástrofe, conocido como “TRASTORNO POR STRESS POSTRAUMATICO”, tiene y debe ser tratado rápidamente a través de una técnica de contención psicológica denominada “DEBRIEFING”

Tras todo evento de tipo catastrófico, como por ejemplo ha sido el doloroso evento en República Cromagnon, o el maremoto último de los países de Asia, o una toma masiva de rehenes por parte de terroristas chechenos como pasó en Rusia hace un tiempo, o algún accidente de características masivas y sangrientas, como así también los efectos de pos-guerra, vemos frecuentemente el accionar de equipos especializados haciéndose cargo del sufrimiento psicológico de las víctimas y de sus allegados.

Estos especialistas intervinientes, practican frecuentemente lo que se ha dado a conocer como el “debriefing”; que es una técnica de psicoterapia breve que orienta a prevenir y a superar las diferentes formas de stress que surgen luego de un evento grave, inesperado, violento o brutal, durante el cual la vida de las víctimas han estado en peligro.

Originalmente esta técnica fue utilizada por médicos militares, para luego ser perfeccionada y modificada para hacerla extensible a otras instancias a ser empleada por policías, bomberos, especialistas en salvatajes, y equipos médico-psicológicos especializados para actuar en estos casos.

Reaccionar ante un incidente traumático es un hecho normal, no se trata de una debilidad del carácter; aunque las víctimas puedan tener reacciones emocionales fuertes; no se consideran a éstos como casos psiquiátricos, pero es absolutamente necesario intervenir rápidamente para evitar que un acontecimiento terrible del cual no somos en nada responsables conduzca a las víctimas a un verdadero estado de stress permanente, que invada sus vidas durante años, y tal vez a lo largo de toda sus vidas.

Ante un evento catastrófico, la persona que haya sido testigo o víctima, es totalmente normal, que se sienta invadida por tensión emocional, crisis de lágrimas, angustia, agitación o sideración psicológica.

En dichos momentos hay una tendencia espontánea por tentar “hacer olvidar” al afectado ese acontecimiento que acaba de vivenciar; sin embargo, las personas que han sido alcanzadas por el traumatismo experimentan otra necesidad: la de contar incansablemente -segundo por segundo- las experiencias que han atravesado, de volver lo más precisamente sobre los hechos –lo visto, oído y sentido-; sobre las emociones experimentadas –miedo, desesperación, cólera, abandono- y, sobre los pensamientos que atravesaron su psiquismo. Vuelven a ver las escenas como si estuvieran ahí, y el recuerdo de los gritos, de los olores, de las imágenes parecen renacer o repetirse más verdaderos que en la memoria ordinaria.

Frente a esto, el debrienfing debe ser propuesto en las primeras 72 horas siguientes al evento traumatisante; en efecto, cuanto más precoz sea la intervención, mejores son las oportunidades y posibilidades de prevenir la aparición de un Stress Post-traumático, o de atenuarlo. La toma a cargo se hace frecuentemente en el lugar mismo de la catástrofe, en las escuelas o en los centros administrativos donde puedan acomodarse confortablemente. Si las víctimas se sumergen muy rápido en su medio familiar o amistoso, corren el riesgo de disimular su desarraigo y su desborde emocional para conformar a su medio, lo cual aumenta el riesgo de la parición de trastornos ulteriores.

EL PRINCIPIO DEL MÉTODO

El debriefing se practica individualmente o en grupo con las personas que han sido afectadas por la catástrofe, siendo excluidos todos aquéllos que son ajenos al hecho. Lo primero que debe hacerse, es permitir a cada uno rememorar lo más preciso posible, el traumatismo penoso que acaba de atravesar. O sea, el evento mismo que está en el centro de la entrevista; el cual será nuevamente recorrido a nivel de los hechos, de las emociones y de los pensamientos.

Las preocupaciones del sujeto, en el momento donde el traumatismo lo sorprendió, debe ser re-encontrado. Las horas que le han seguido serán objeto de una investigación precisa, tanto de los hechos como de los pensamientos que los acompañaron.

El trabajo terapéutico permite eso que se llama “abreacción”; es decir, una descarga de las emociones, luego es la verbalización de esas emociones, lo que permite liberarse del evento responsable.

La técnica del debriefing se apoya sobre el conocimiento de los mecanismos del traumatismo psíquico, el cual es una efracción (o fractura), una penetración en el interior del aparato psíquico de una imagen que no debiera encontrarse ahí: la imagen del Sí mismo como muerto.

Esta efracción provoca un estado de embrutecimiento o sideración (atontamiento) y, sobretodo, una disociación del pensamiento: una parte de los pensamientos continúa circulando libremente, permitiendo en apariencia adaptarse a la realidad presente; se produce entonces una hipervigilancia que permite estar en estado de alerta, un embotamiento de las emociones y una amnesia parcial que permite manejar el stress. Pero otra parte queda adherida alrededor de la imagen traumática, originando perturbaciones conocidas bajo la denominación de síndrome de repetición traumática: donde el sujeto revive las escenas indefinidamente como un filme que se reitera de manera circular. La angustia no aparece sino posteriormente, a posteriori, acompañando el síndrome de repetición o la amenaza de la aparición de esas imágenes traumáticas. Es esta angustia la responsable del estado de stress agudo que puede instalarse siguiendo al trauma, y puede acompañarse del sentimiento de culpabilidad por haber sobrevivido, o por no haber ayudado a los otros; de un sentimiento de rebelión o de venganza, de un sentimiento de incomunicabilidad con aquéllos que no han experimentado la misma experiencia que uno.

Pero el mecanismo de disociación hace que este síndrome de repetición pueda sobrevenir años más tarde, con la misma intensidad. El sentimiento de revivir el traumatismo antiguo es responsable de lo que se llama síndrome de stress post-traumático.

El debriefing se dirige, luego, a destruir esta imagen que ha producido la efracción, lo más rápido posible, así como también la posible reaparición de la misma.

El debriefing puede ser llevado a cabo por personas que se desempeñen como socorristas, bomberos o psicoterapeutas, entrenados en dicho método. Equipos médicos-psicológicos son diligenciados sobre los lugares del drama y toman a su cargo inmediatamente a las víctimas. El trabajo en grupo ofrece un sostén mutuo a cada uno para diferenciarse con respecto al trauma; es decir, la forma en que cada persona ha sido afectada, es individual y pertenece sólo a uno mismo.

El trauma es siempre -al menos al principio- un sufrimiento insoportable, y el traumatizado presenta el riesgo de estar siempre ahí, presente, surgiendo del trauma de manera imprevisible. Por eso el debriefing consiste en hablar del hecho, hablar de uno mismo dentro de la situación traumática; esto permite que la imagen traumática se fragmente y pueda tejerse lazos, pedazo por pedazo con el resto de las representaciones psíquicas. Su efecto inmediato es frecuentemente espectacular: retorno del sueño, atenuación de las fobias, se retoma el diálogo con los otros y, en la mayoría de los casos puede evitarse la aparición del stress post-traumático. No obstante, podrá reaparecer el sufrimiento, lo que conlleva a la necesidad de empezar una psicoterapia más prolongada, pues un traumatismo presente puede también despertar otros más antiguos que se han fugado entre los huecos de nuestra memoria.

(Adaptado del artículo en francés “Debriefing” del Dr. Serge Hefez. Psychiatre. ESPAS.

http: www.serpsy.org/psy_levons_voile/psychotherapie/debriefing...

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