jueves, 31 de mayo de 2007

USO, ABUSO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS







*Lic. Patricia Martínez Llenas

Los diferentes comportamientos

Existen 3 tipos de comportamientos ligados al consumo de sustancias psicoactivas:

Uso

Uso nocivo o abuso

Dependencia

Uso:
Es el consumo de sustancias psicoactivas que no acarrea ni complicaciones somáticas, ni daño (complicación nociva para los otros).

No está considerado como una problemática patológica, si bien ello pueda acarrear riesgos (en la atención…)




Uso nocivo o abuso:

El uso nocivo o abuso es caracterizado por un consumo repetido que induce a daños en las esferas somáticas, afectivas, psicológicas o sociales, sea para el sujeto mismo, sea para su entorno próximo o distante, los otros o la sociedad.

Se habla de uso nocivo cuando el producto es consumido en situaciones tales que pueden devenir peligrosas (ej: conducción automovilística).

La violencia podrá ser cometida bajo el efecto de sustancias (infracción repetida…)

Impacta sobre las relaciones sociales, familiares, dificultad a nivel de la vida socio-profesional.

Pone en peligro la salud y el equilibrio de otro (ej: mujer embarazada).

Incapacidad para no sobrepasarse en el uso del producto durante varios días.

El “abuso de sustancias” figura en el DSM IV en los “Trastornos relacionados con sustancias”, lo que implica un patrón desadaptativo de consumo que tiene efectos adversos y repetitivos. Se valoran los efectos nocivos y perjudiciales, pero se descartan la tolerancia, la abstinencia y el patrón de uso compulsivo – esta categoría excluye a las consecuencias del tabaco y la cafeína-

Dependencia:

La dependencia puede definirse como la incapacidad de abstenerse a consumir bajo pena de sufrimiento físico y/o psíquico.

Definición de la OMS (1981): “Es el síndrome por el cual el consumo de un producto deviene como una exigencia superior a aquéllas de otros comportamientos que previamente tuvieron una importancia mayor”. La persona oculta todas las circunstancias vitales que giran alrededor del producto adictivo.

Manifestación de dependencia
Existencia de una tolerancia:

La tolerancia consiste en la necesidad de aumentar las dosis de una sustancia para obtener el efecto deseado.
Ésta designa también una disminución de los efectos en caso de utilización continua de la misma cantidad de producto: no hay más placer, pero la persona continúa con el consumo.


Existencia de abstinencia:
Se produce cuando las concentraciones séricas o tisulares de una sustancia disminuyen luego de un consumo prolongado importante, en consecuencia, se da una vuelta al consumo para aliviar y evitar los síntomas de la abstinencia (calambre de estómago, angustia)


Utilización compulsiva de un producto:

Se traduce por un aumento de la cantidad de sustancia consumida, las dificultades de controlar el uso de la sustancia (tentativas de interrupción), el tiempo pasado alrededor de la recuperación de sus efectos, del abandono o la disminución de las actividades socio-profesionales (la vida cotidiana gira alrededor del consumo del producto, no hay mas vida familiar), la imposibilidad de detener el consumo del producto a pesar del conocimiento de problemas somáticos o psicológicos que causa.

La dependencia física o síndrome de abstinencia:
Traduce un estado de adaptación biológica a los tóxicos que se manifiesta por la aparición de trastornos somáticos intensos, dolorosos, cuando el consumidor se encuentra en estado de carencia o falta: temblores, taquicardia, hipertensión, insomnio, sudores, crisis convulsivas, calambres.

Está presente en la toxicomanía a los opiáceos, el tabaco, el alcohol, los medicamentos psicoactivos.

Esos síntomas pueden acompañarse de trastornos del comportamiento (agitación, irascibilidad, ansiedad…)

La dependencia psíquica:

Se manifiesta a través del placer que ha procurado la droga y provoca un estado de malestar psíquico y una necesidad irreprimible de reproducir ese placer.

La dependencia psíquica está ligada al recuerdo del placer: según la OMS (1964): “Estado en el cual una droga produce un sentimiento de satisfacción y una pulsión psíquica que exige la administración periódica o continua de droga para provocar el placer o evitar el malestar”.

Desde la concepción psicoanalítica:

Vemos pues cómo en la dependencia psíquica el carácter repetitivo y adverso del consumo es necesario vincularlo con la compulsión a la repetición, es decir, con la insistencia de la pulsión de muerte.

Compulsión de repetición de la pulsión mortífera, lo cual implica toda una distorsión en la experiencia de satisfacción, que no llega jamás a serlo, ya que se reitera de manera circular, provocando en cada reiteración una ilusoria sensación de bienestar.

Desde la teoría psicoanalítica, el origen o fuente de toda pulsión está en relación con la zona erógena de la que parte; el destino de toda pulsión es la descarga, la finalidad de la pulsión es la satisfacción que produce dicha descarga, y el objeto hacia el cual se dirige la pulsión para lograr su satisfacción, se denomina “investimiento o investidura objetal”. Freud ha descrito la presencia de dos pulsiones básicas: pulsión de vida o Eros, que tiende a la unión, a la vida, en definitiva a un saludable placer; y otra pulsión que es contraria a la vida y que está ligada a la destrucción, a la muerte, al daño, que denominó como Tánatos o pulsión de muerte, y que se rige no por el principio de placer, sino por el mecanismo de compulsión de repetición.

El “objeto de satisfacción”, “el objeto investido” ya no es un “otro significativo”, sino que ha sido reemplazado por la sustancia adictiva, así la relación objetal por medio de la investidura del objeto que implicaba originalmente el vínculo afectivo con un otro, queda reemplazado por la droga a través de un comportamiento compulsivo – adictivo – de la pulsión de muerte.

Pulsión de muerte o Tánatos que se dirige tanto hacia dentro del sujeto con el consiguiente componente suicida, o bien, hacia fuera del sujeto con el consiguiente aspecto agresivo/destructivo pudiendo llegar a verdaderas conductas criminales.

De esta manera, en los estados de carencia de sustancia adictiva, se producirá el estallido comportamental, tanto auto como hetero-agresivo/destructivo de implicancias médico-legales típicas de los síndromes de abstinencia, como también podrán producirse en estados de impregnación cerebral.

El comportamiento adictivo, es secundario y co-mórbido a una personalidad de base que presenta un “estado de desvalimiento anímico o de necesidad” que es previo a la ingesta de sustancia, dicha vulnerabilidad asienta en los cimientos narcisísticos, por lo que ingesta viene a compensar dicha carencia ilusoriamente.

Las verdaderas relaciones vinculares que el adicto ha ido dejando en el camino, fueron sustituídas por la investidura del objeto adictivo –sustancia psicoactiva-, creando unas relaciones objetales del tipo “como sí”, lo que le otorga características de “falseamiento vincular”, ya que las investiduras objetales de “otros significativos” carecen de interés en la vida del adicto. Las correspondencias que se establecen entre el Yo y los “vínculos como sí”, promueven la entrada en un mundo afectivo de soledad objetal, que retorna a una organización narcisista y autoerótica, haciendo un recorrido inverso de desinvestidura objetal de tipo regrediente, así, la libido regresiona en sus dos tópicas:

1. Sistema Ics, Pcs-Cs
2. Ello-Yo-Superyo

El sentido contraevolutivo de la regresión seguirá la orientación hacia puntos de fijación previos, más arcaicos, como también se encontrará la regresión a nivel del funcionamiento psíquico, que irá del proceso secundario hacia el proceso primario.

La conducta adictiva, como pasaje al acto impulsivo-compulsivo:

La gestión psicodinámica de lo pulsional, de acuerdo a las consideraciones previas, no tienen la amortiguación de la secundarización –proceso secundario del pensamiento-, por lo tanto la pulsión no puede ligarse satisfactoriamente a otras representaciones psíquicas –ideas-, ni tampoco a afectos modulados, el funcionamiento en proceso primario dará origen a fallas en el campo perceptual –ilusiones, alucinaciones- como también en los procesos intelectuales debido a:

1. La necesidad de descarga y de satisfacción pulsional es inmediata

2. El pasaje de una representación a otra se llevan a cabo según los mecanismos de 3. desplazamiento y/o condensación

4. La alucinación del objeto-fuente de satisfacción primitiva

5. La ausencia de coherencia, de relaciones lógicas

6. El desconocimiento de las relaciones temporales

7. El desconocimiento del principio de realidad

8. La compulsión de repetición que obedece al principio de identidad de percepción

Consideraciones finales:

Esta última consideración respecto a la compulsión de repetición –aspecto compulsivo-, unida a la urgencia de descarga y satisfacción la pulsión –aspecto impulsivo-, serán las características centrales de los comportamientos adictivos.

De esta manera quedan explicados los aspectos compulsivo-impulsivo que son propios a los comportamientos adictivos tal como se observan en graves dependencias psíquicas a drogas y/o sustancias psicoactivas.

sábado, 26 de mayo de 2007

El T.A.T.- Test de Apercepción Temática y sus láminas


*Por Patricia Martínez Llenas


El T.A.T- o Thematic Apperception Test (test de apercepción de temas, según la fórmula de Didier Anzieu), es una prueba proyectiva como el test de manchas de tinta de Rorschach (test estrucutural), y que “demanda al sujeto la invención de relatos a partir de fotografías que se le muestran” (D. Anzieu).

El T.A.T. fue creado por Henry A. Murray, médico y bioquímico de formación, director de la “Harvard Psychological Clinic” (quién se analizara con Jung, luego por Alexander).

La técnica del T.A.T. reposa sobre una teoría de la personalidad, que a partir de 1938 Murray publica en su libro “Exploraciones de la personalidad”, donde expone su sistema teórica centrado sobre la dualidad “necesidad-presión” (“needs-press”), poniendo como hipótesis principal la identificación del narrador al personaje central por medio del sesgo desde donde expresa sus propias “necesidades”, siendo los demás personajes y/o el medio los encargados de representar las presiones que resiente el narrador. Ya en 1943 Murray presenta el Manual del T.A.T. en su forma definitiva, constituido por un juego de 31 láminas y un manual de aplicación.

Vica Shentoub desde 1953 se situó frente al TAT (a diferencia de Murray) poniendo especial interés sobre la forma de los relatos más que sobre los contenidos.

De las 31 láminas originales, quedaron seleccionadas aquéllas consideradas como las más pertinentes y más significativas, siendo 18 las láminas seleccionadas, que serán presentadas dentro de un orden que implica ir desde las láminas que muestran situaciones mejor estructuradas a las de menor estructuración; las diez primeras láminas, más figurativas, representan a personajes sexuados, mientras que las láminas 11, 19 y 16 no reenvían a objetos concretos bien definidos. Las láminas 1, 2, 3BM, 4, 5, 8BM son propuestas a los niños y niñas, y a los hombres y mujeres; 6BM/7BM son propuestas a los niños y hombres; 6GF/7GF y 9GF, son propuestas a niñas y mujeres; 10, 11, 12BG, 13B, 19 y 16 son propuestas a niños, niñas, hombres y mujeres, y la 13MF propuesta únicamente a sujetos adultos hombres y mujeres. El orden es el siguiente: 1, 2, 3BM, 4, 5, 6BM/7BM, 6GF/7GF, 8BM, 9GF, 10, 11, 12BG, 13B, 13MF, 19 y 16. Se administran de una sola vez.

La hipótesis esencial de V. Shentoub, considera que las modalidades de construcción y de elaboración de los relatos dados por los sujetos reenvían a los mecanismos de defensa característicos de sus organizaciones psicopatológicas. Parte de la teoría psicoanalítica como teoría de la personalidad. El T.A.T. es pues considerado como un producto psíquico.

La fantasía inducida y consciente de los relatos dados por los sujetos a partir de la consigna: “Imagine una historia a partir de esta lámina”, está reconocida como diferente de la fantasía inconsciente espontánea –los fantasmas fundamentales del sujeto que atraviesan y se expresan en sus síntomas y sus sueños-.

La irrupción del fantasma inconsciente en la fantasía consciente inducida se ubica gracias a la distancia entre el relato del sujeto, y el tema banal (popular) a esa lámina, y desde las perturbaciones en la estructuración del relato.

Dice Vica Shentoub “Construir una historia TAT es un acto de organización más que un acto de imaginación. Analizar esta organización es volver a testear la autonomía relativa del Yo, su función de síntesis y de integración”. Sólo luego el contenido de las historias puede ser interpretado según los conflictos defensivos del sujeto, sus identificaciones y sus relaciones de objeto.

La hipótesis fundamental es que las láminas del TAT representan situaciones relacionadas a conflictos universales y especialmente a conflictos edipianos, ya que casi todas las láminas se refieren a la diferencia de generaciones, y/o a la diferencia de sexos.

Desde 1970 Shentoub y Rosine Debray completaron la teoría del proceso TAT proponiendo un análisis del material en términos de contenido latente y de contenido manifiesto.

Es una teoría del TAT que nos propone a partir de la definición del proceso TAT comprendido como “El conjunto de mecanismos mentales comprometidos en esta situación singular donde se le demanda al sujeto de imaginar una historia a partir de la lámina”

La situación de conflicto en el TAT se origina entre:

- La consigna, que es inductora de la producción de una fantasía consciente

- El examinador, vivido en el aquí y ahora a través de movilizaciones transferenciales

- El material, con la carga que conlleva desde sus solicitaciones latentes, y la reorganización (secundarización) que el sujeto pueda hacer de éstas

Asimismo, conflicto entre dos movimientos, la presión pulsional cuya expresión fantasmática es reavivada por la presentación de la lámina, y la solicitación de la representación-meta evocada por la consigna. Dicha consigna es la de organizar un relato que entre en resonancia con los afectos y las representaciones nuevamente puestos en movimiento, pero que respete las necesidades de la comunicación y las leyes del lenguaje.

Aquí se jugará nada menos que la expresión de los dos modos antagonistas y complementarios del funcionamiento psíquico:

- El proceso primario

- El proceso secundario

Evaluación del TAT

Consta de una grilla de evaluación donde figuran las listas que contienen los procedimientos de construcción de los relatos.

Estos procedimientos de construcción están sustentados por los mecanismos de defensa que tienden a la regulación del conflicto pulsional.

En la grilla se hace el repertorio de los distintos modos de construcción de los relatos obtenidos del sujeto a quién se le administran las láminas; dichos modos o procedimientos de tratamiento del discurso, se irán ubicando en las diferentes listas a saber, configurando así un entramado que se irá aclarando poco a poco a medida que confluyan o no en una lista o en varias listas, y predominen unas sobre otras, dando así orientación del estilo psicopatológico predominante encontrado, y de la presencia, variada o no, de otros modos de construcción, que al ser tenidos en cuenta, darán cuenta de una amplia visión de todos los recursos defensivos, sean éstos de una calidad y cantidad que sirvan para armonizar y hacer más legible el protocolo, dando lecturas donde las pulsiones y las defensas se encuentren en un fluir que tienda a enriquecer las posibilidades de intercambios entre las instancias psíquicas, o al contrario, donde las pulsiones sean masivas, y las defensas a ultranza, dando como resultado un impedimento mayor al funcionamiento psíquico, cercenando su creatividad, y empobreciendo al Yo.

Explicación Teórica:

El descriptaje de los procedimientos de elaboración del discurso es facilitado por la utilización de la grilla de evaluación que permite el señalamiento y el agrupamiento de los factores que más adelante se detallan. Dichos procedimientos pueden ser formales –señalando, marcando el nivel sintáctico del relato-, y/o narrativos –organizando la historia según tal o cual estilo defensivo-.

Hipótesis: Los procedimientos de elaboración del discurso localizables en los protocolos del T.A.T. son sostenidos por operaciones inconscientes (mecanismos de defensa y otras modalidades de conductas psíquicas) donde aquéllas son la traducción manifiesta.

Los mecanismos de defensa o la defensa, es un conjunto de operaciones cuya finalidad es la de reducir un conflicto intrapsíquico, volviendo inaccesible a la experiencia consciente uno de los elementos del conflicto. Los mecanismos de defensa serán los diferentes tipos de operación dentro de los cuales puede especificarse la defensa, es decir, las formas clínicas de esas operaciones defensivas.

La actividad defensiva existe en toda organización psíquica, sea ésta normal o patológica.

Grilla de evaluación del T.A.T.

Serie “A” y “B”

Las dos primeras categorías que agrupan los procedimientos de las series “A” y “B”, reenvían a procedimientos de elaboración del discurso que están en correspondencia con los mecanismos de defensa neuróticos –en particular la REPRESION- que son testigos de una conflictualización intrapsíquica, es decir, de una lucha entre los sistemas del aparato psíquico en términos de la 1º Tópica freudiana: Preconsciente-consciente/inconsciente; o en términos de la 2º Tópica, como una lucha entre el Ello y el Superyó a través del Yo, lo que supone la existencia de un espacio interno constituido, bien diferenciado respecto del mundo exterior, espacio interno que servirá de escena al despliege y a la dramatización de los conflictos.

Estos procedimientos están representados, en los dos casos, por organizaciones psíquicas elaboradas, dominadas por el conflicto que:

· En la Serie “A” es tomado a cargo por el pensamiento que es portador de la expresión del deseo y la defensa

· En la Serie “B” por la puesta en escena de relaciones interpersonales que evidencian el afrontamiento entre las instancias.

Serie “C”:

La tercer categoría “Procedimientos de la Serie “C”, trata de los mecanismos de EVITAMIENTO del conflicto, por lo que se denomina aconflictual. Se distinguen cinco categorías de procedimientos:

Serie “C/P”* “FOBIA” *P=Phobie

Releva los ordenamientos fóbicos, en los cuales dominan el evitamiento y la huida. Su asociación con los procedimientos de la Serie “A” y/o “B” sigue la naturaleza neurótica del conflicto. Así y utilizados en pequeña cantidad estos procedimientos “P” van a permitir que las representaciones y afectos reaparezcan bajo la forma del retorno de lo reprimido; estos relatos elaborados desde esta modalidad guardan un cierto espesor simbólico, una cierta resonancia fantasmática en relación con las solicitaciones latentes de la lámina.

No obstante, no hay que olvidar que estos procedimientos no tienen una significación diagnóstica unívoca, pudiendo dar cuenta de modalidades de funcionamiento distinto al neurótico.

Serie “C/N” “NARCISISMO”

Reenvían a modalidades narcisísticas de funcionamiento psíquico, sobre todo al sobreinvestimiento de la polaridad narcisística del fantasma.

Aquí el cuerpo ya no es investido para seducir como lo es en el registro histérico, sino que es utilizado para comunicar y producir sentido.

Utilizados de forma masiva, pueden ser la traducción de un retraimiento libidinal arcisito que toma el lugar del conflicto libidinal

Serie “C/M” “MANÍA”

Reenvían a mecanismos de tipo maníaco tomado en el sentido kleiniano de lucha antidepresiva, buscando evacuar las representaciones y afectos depresivos, también pueden estar sobreinvestidos como un llamado al otro.

Serie “C/C” “COMPORTAMENTAL”

Hace el repertorio de conductas actuadas que constituyen un recurso al comportamiento durante la administración del test. Estas conductas están ligadas a una dificultad momentánea o durable en el trabajo de elaboración psíquica y/o inscribirse en una regulación o en un relanzamiento del proceso asociativo.

Hay que distinguir dos modos particulares en las conductas actuadas:

- Aquéllas, que en la relación con el clínico (transferencia), son la expresión de un fantasma subyacente, pues los procesos de pensamiento necesarios para la elaboración de los relatos no pueden tomar a su cargo

- Otros que tienen como función la de tender hacia la descarga y la disminución de la excitación y la tensión

Serie “C/F” “FÁCTICO”

Se distinguen de los precedentes en la medida en que la inhibición no está asociada a los mecanismos de represión que son reconocibles a través del retorno de lo reprimido. La angustia está aparentemente ausente, y el estímulo es investido como objeto real y no más como fuente de reactivación fantasmática.

El acento está puesto aquí, de forma específica, sobre los elementos de la realidad exterior, lo fáctico, lo cotidiano, lo concreto, las ideas recibidas que vienen a sustituir a un mundo interno desfalleciente.

Utilizados de manera masiva, se corresponde a modalidades de funcionamiento que se caracteriza por la ausencia de conflicto intrapsíquico (personalidades “como sí”) y también aquéllas definidas por Pierre Marty con la noción de “pensamiento operatorio”, que son propias de la alexitimia o personalidades psicosomáticas.

Todos los procedimientos de la serie “C”, sea “C/P”, “C/N”, “C/M”, “C/C” o “C/F” pueden aparecer en modalidades de funcionamiento psíquico variado. A evaluar, entonces, si su utilización es transitoria, o bien, dominante.

SERIE “E” Emergentes en proceso primario”

Reagrupa las modalidades de pensamiento saturado en proceso primario.

La presencia de mecanismos de la serie “E” en pequeñas cantidades es esperable en el T.A.T., su aparición pone el acento sobre una cierta permeablilidad de las instancias y una flexibilidad que autoriza la irrupción y la circulación de fantasmas y/o de afectos más masivos, sin que el sujeto esté completamente desorganizado.

Los procedimientos de la serie “E” no tienen tampoco una significación diagnóstica unívoca; todo dependerá de su aparición, su repartición y su asociación con procedimientos de otras series.

Se distinguen en esta serie, procedimientos que traducen:

- De fallos mayores en las conductas perceptivas y en el anclaje en la realidad externa (ítems E1 a E6)

- De perturbaciones profundas ligadas a la invasión fantasmática (ítems E7 a E10)

- De trastornos mayores ligados a la relación de objeto, llegando incluso a trastornos de la identidad (E11 a E16)

- De trastornos ligados a la desorganización del pensamiento y del discurso, que a partir de éstos, no se inscriben más dentro de una lógica de comunicación.

CONTENIDOS MANIFIESTOS Y CONTENIDOS LATENTES EN LAS LAMINAS T.A.T.

Lámina 1:

Manifiesto: Un niño, la cabeza entre las manos, mira un violín puesto delante de él.

Latente: Reenvía a la imagen de un niño, pone el acento sobre la inmadurez funcional frente a un objeto de adulto (no es un juguete), objeto fálico. El conflicto será la dificultad, hasta la imposibilidad de utilizar este objeto en lo inmediato, encontrando los dos extremos, desde la posición depresiva (incapacidad, impotencia), hasta la posición megalomaníaca (omnipotencia)



Lámina 2:

Manifiesto: “Escena campestre”. Un hombre con un caballo, una mujer apoyada sobre un árbol, una joven en primer plano que tiene libros.

Latente: Reenvía al triángulo edípico padre-madre-hijo, pero sin noción de inmadurez funcional. El conflicto será sobre la posición de la joven frente a la pareja, que está objetivizada a nivel del contenido manifiesto por la diferencia entre los dos planos. Cada personaje puede ser percibido como provisto a su manera.





Lámina 3BM:

Manifiesto: Un individuo tirado al pie de una banqueta (sexo y edad indeterminados, objeto igualmente confuso, poco claro)

Latente: Reenvía a la posición depresiva esencial presentando traducción corporal (no de conflicto, sino desde la pérdida del objeto)



Lámina 4:

Manifiesto: Una mujer cerca de un hombre que se aparta (diferencia de sexo, no de generación)

Latente: Reenvía a una relación de pareja manifiestamente conflictual entre dos polos: agresividad-ternura.





Lámina 5:

Manifiesto: Una mujer de mediana edad, la mano sobre el picaporte de una puerta, mira al interior de una pieza.

Latente: Reenvía a una imagen femenina (maternal) que penetra y mira. El conflicto enviará, frente a este tipo de imagen femenina, a la posibilidad o no de situarse frente a una instancia superyoica.




Lámina 6BM:

Manifiesto: Un hombre, de frente, con aire de preocupado, y una mujer anciana que mira hacia fuera (diferencia de sexos, diferencia de generación).

Latente: Reenvía a una relación madre-hijo en un contexto de malestar. El conflicto debe anudarse alrededor de la interdicción del acercamiento edípico objetivado a nivel de la imagen, por el espacio que separa a los protagonistas, como así también por su posición respectiva (no acercamiento).



Lámina 6GF:

Manifiesto: Una joven mujer sentada en primer plano volviéndose hacia un hombre que se aproxima hacia ella (no diferencia de generación marcada, sí diferencia de sexo)

Latente: Reenvía a una relación heterosexual en un contexto de deseo libidinal y de defensa contra el deseo (comprendida la culpabilidad). El deseo es objetivado por el movimiento del uno sobre el otro, y la defensa por la separación de los planos. El acercamiento edípico está ofrecido e interdicto a la vez.



Lámina 7BM:

Manifiesto: Dos cabezas de hombre, cabeza con cabeza; uno, “el viejo”, vuelto hacia el otro “joven” que hace una mueca de disgusto (diferencia de generación, no se sexo, no hay inmadurez funcional)

Latente: Acercamiento de tipo padre-hijo, en un contexto de reticencia desde el hijo a nivel de las ideas (cuerpo excluido). El conflicto debe anudarse alrededor del acercamiento entre esos dos personajes, entre dos polos: ternura-oposición.


Lámina 7GF:

Manifiesto: Una mujer, libro en la mano, inclinada hacia una niña de aspecto soñadora que tiene un muñeco entre sus brazos (diferencia de generación, inmadurez funcional para la niña)

Latente: Reenvía a una relación tipo madre-hija en un contexto de reticencia por parte de la niña (rivalidad, identificación). El conflicto debe anudarse alrededor de la identificación con la madre, favorizada por ésta.




Lámina 8BM:

Manifiesto: Un hombre acostado, dos hombres inclinados sobre él con un instrumento. En primer plano un joven solo que da la espalda a la escena, y un fusil (no hay diferencia de sexo, sí diferencia de generación, no hay inmadurez funcional)

Latente: Reenvía a una escena de agresividad abierta a través de la presencia de hombres adultos y un adolescente en un contexto de posiciones contrastantes activo/pasivo. El conflicto debe anudarse alrededor de la escena de agresividad abierta del 2º plano, ligándola al joven y al fusil del 1º plano. Reenvía al problema de la agresión corporal que puede ser vivida a nivel de la castración, o a nivel de la destrucción.



Lámina 9GF:

Manifiesto: Una joven mujer detrás de un árbol, portando unos objetos, mirando a una segunda joven mujer que corre debajo (no hay diferencia de generación, ni de sexo, no inmadurez funcional)

Latente: Reenvía a una situación de rivalidad femenina, a un contexto dramatizado. El conflicto debe anudarse alrededor de la rivalidad femenina acentuada a nivel del material por la semejanza entre ambas mujeres, y por el hecho que una pareciera vigilar a la otra.




Lámina 10:

Manifiesto: Una pareja que se abraza (sólo las caras están representadas, el contraste blanco y negro está acentuado)

Latente: Reenvía a la expresión libidinal a nivel de la pareja. La imagen está lo bastante poco clara para que puedan haber diversas interpretaciones en cuanto al sexo y a la edad de los dos personajes. La fantasía debe igualmente dar cuenta del halo dramático objetivado por el contraste blanco-negro.



Lámina 11:

Manifiesto: Paisaje caótico de vivos contrastes de sombras y de claridades, se ve una especie de pico (detalle a la izquierda estilo dragón o serpiente)

Latente: Reactivación de una problemática pregenital. Algunos elementos más estructurados (puente, ruta…) pueden permitir una remontada hacia un nivel menos arcaico (regresión posible o no)



Lámina 12 BG:

Esta lámina originalmente propuesta a niños y niñas, se muestra también interesante para adultos de ambos sexos.

Manifiesto: Un paisaje tipo bosque al borde de un curso de agua, mostrando en primer plano un árbol y una barca; vegetación y el segundo plano está poco preciso; el gráfico está relativamente aireada con dominancia de claridad.

Latente: El aspecto figurativo y familiar del material pone en obra las capacidades elementales para diferenciar el mundo interno del mundo externo, y reenvía a una capacidad perceptiva conocida, en referencia a las buenas experiencias pregenitales. A evaluar si aún en ausencia del personaje sobre la imagen, el sujeto puede reconocer al objeto sin temer su pérdida, componiendo un espacio de representación que ocupe la escena mental. Esto se relaciona directamente a los modos de elaboración de la posición depresiva.



Lámina 13 MF:

Manifiesto: Una mujer acostada, el pecho desnudo, y un hombre en primer plano, el brazo delante de la cara

Latente: Reenvía a la expresión de la sexualidad y la agresividad en la pareja




Lámina 13 B:

Manifiesto: Un niño sentado en el umbral de una cabaña de planos disyuntos (contraste entre luz al exterior y muy negro al interior)

Latente: Reenvía a la capacidad de estar solo, el acento está puesto sobre la inmadurez funcional (imagen de un niño), y sobre la precariedad del refugio maternal simbolizado por la cabaña (capacidad de fantasear el objeto ausente)





Lámina 19:

Manifiesto: Imagen surrealista de casa bajo la nieve o de barco en la tempestad, con fantasmas, olas…

Latente: Reactivación de una problemática pregenital. El estímulo puede evocar un entorno que permita la proyección del bueno y malo objeto. La lámina empuja a la regresión y a la evocación de fantasmas fobígenos


Lámina 16:

Manifiesto: Lámina blanca para el sujeto.

Latente: Reenvía a la forma de cómo el sujeto estructura sus objetos privilegiados y a las relaciones que establece con ellos (nivel en el cual se ubica; peso e impacto de los procedimientos defensivos). En la ausencia de un soporte dado por la imagen, los elementos transferenciales pueden devenir pregnantes








martes, 22 de mayo de 2007

ANALISIS CRÍTICO DEL 2º INFORME PERICIAL PSICOLÓGICO SOBRE EL IMPUTADO EDGARDO PETROCCHI





*Por la Lic. Patricia Martínez Llenas

Perito psicóloga de parte por la defensa



I) Se analizan las aseveraciones de la Lic. M************, que hiciera la 2º pericia sobre la personalidad del encartado, prácticamente al mismo tiempo en que transcurriera el Juicio Oral y Público en los Tribunales de San Martín. A continuación se exponen algunas consideraciones expuestas en su informe, comenzando con el análisis que consta en el apartado: “CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS”

Donde afirma textualmente: “En primer lugar debemos afirmar que el peritado no fue sincero al responder. En la entrevista evitó ciertos temas, no profundizó algunas cuestiones y trató de dar una imagen de si favorable (surge de la entrevista, de la escala L aumentada en MMPI, de la presencia del contenido máscara en lámina I del Rorschach y del dibujo de perfil en la persona). Es decir que en el ámbito de la evaluación de la simulación el imputado incurre en la disimulación.” (sic)

  1. Llama la atención la actitud de juzgador que toma la perito al hacer un juicio de valor negativo a priori: “el peritado no fue sincero al responder” respecto al imputado mostrando con ello la existencia de prejuicios que nada tienen que ver con la tarea del perito.
  2. Para que el MMPI arroje indicadores de Disimulación tienen que combinarse al menos tres escalas de la siguiente manera: La escala F se va encontrar disminuida (T=50 ó menos). La escala L (sinceridad) se va encontrar aumentada (T=70 ó más). La escala K va a estar aumentada (T=71 ó más) .La perito tan sólo informa un aumento en la escala L.
  3. La presencia de máscara en la lámina I del Rorschach, es una respuesta dada de forma frecuente, y se relaciona con el temor que siente el evaluado respecto de su autopresentación al comienzo de la evaluación mediante esta técnica. Una sola respuesta de contenido máscara, no es indicador suficiente para sostener diagnóstico de disimulación, ya que debe ser reiterativo para ser significativo.
  4. El dibujo de la persona de perfil, tampoco es patognomónico de un cuadro de disimulación, tiene relación a una reacción fóbica-evitativa, por lo tanto no se puede afirmar a la ligera un diagnóstico semejante.
  5. Considerando cada uno de los indicadores que la perito considera y aglutina para llegar a un diagnóstico de disimulación, de manera sui-géneris, es conveniente recordar la indicación del Prof. Alfredo Achával cuando dice: “ La simulación debe ser la consecuencia de un diagnóstico y nunca puede ser una sospecha, una intuición del médico o un pronóstico”.
  6. Asimismo teniendo en cuenta la opinión fundada de los psiquiatras forenses argentinos de fuste Antonio H. B***** y Javier C******, cuando tratan el tema de la disimulación diciendo: “Es aquella donde el enfermo oculta la patología que padece con el fin de obtener cierto beneficio personal o de convalidar futuros actos jurídicos. Surge con mayor asiduidad en pacientes internados y que desean lograr el alta médica”

II) A continuación se transcribe textualmente otra parte de la pericia para apreciar la opinión fundada (¿?) de la perito: “Analicemos su personalidad: en ella encontramos una instancia yoica fuerte (desiderativo) ejerciendo defensas disociativas en general exitosas. Otros mecanismos defensivos predominantes son la racionalización, intelectualización, el aislamiento y la formación reactiva frente a la agresividad. Todos ellos, conforman el estilo de abordaje obsesivo del mundo externo e interno. Utiliza también la proyección que junto a la disociación son defensas primitivas y patológicas. A diferencia del obsesivo se trata de una persona extremadamente extrovertida (reactiva fundamentalmente al mundo exterior) que prefiere la acción al pensamiento. Inclinado a la acción, con sentimientos intensos y descontrolados, con formas de expresión desadaptadas y actividad mental invadida por la emoción…Es rígido, moralista, agresivo, pendenciero e iracundo…minucioso, pedante y criticón. Es buscador de emociones y arriesgado…Rencoroso, resentido, suele sentirse maltratado y perseguido generando climas hostiles que por proyección cree son externos, pero los genera él…Le cuesta mucho ponerse en el lugar del otro, falta la capacidad empática. Es dependiente e inmaduro, sin ser consciente de serlo…No obstante es confiable y sensible, bonachón, aunque no profundiza en las relaciones con los otros. La patología es severa ya que los esfuerzos defensivos de raigambre edípica y preedídpica fracasan siendo, no como el obsesivo, que es presa de sus pensamientos y sus culpas, sino una persona con fuerte inclinación a la acción…La patología es severa no por fragilidad yoica o percepción de intenso sufrimiento sino justamente por lo contrario: desconoce su conflictiva, no accede a elementos internos elaborativos y reflexivos, el yo rápidamente se reestructura evitando la culpa, la angustia y comportándose de modo infantil (mayor dependencia, menor responsabilidad, más energía, más agresividad). Su vida instintual es no reconocida como propia por no poder manejarla, por no tolerar frustrarla, intenta reprimir pero lo sofocado sistemáticamente retorna…Se trata de un pasional pseudoadaptado con falta de resonancia emocional. Por todo ello su imagen de sí está devaluada, es tan exigente y crítico con los demás como consigo mismo. Es tan controlado como vulnerable al descontrol. Las aspiraciones laborales e intelectuales son amplias e intentan compensar su baja autoetima…De deficiente capacidad de control de los impulsos se permite actuaciones y luego se siente culpable…Por el fracaso de las defensas obsesivas, la personalidad como sí y la extroversión establezco como diagnóstico estructural el diagnóstico de Personalidad Borderline. (de esta manera hace su conclusión diagnóstica) . El abandono de su esposa podría haber tenido un efecto descompensante y el consumo de alcohol un efecto liberador y deshinibidor de notable potencia (copa en lámina IX)…Cursa una Neurosis Reactiva leve a consecuencia de los sucesos motivo de autos y sus consecuencias.”

1. Primero define la existencia de “una instancia yoica fuerte (desiderativo) ejerciendo defensas disociativas en general exitosas”. Una de las reglas más conocidas en psicopatología psicoanalítica es la de “a mayor disociación, mayor fragilidad del Yo”, por lo que es impensable afirmar la existencia de una instancia yoica fuerte ejerciendo defensas disociativas exitosas. Menos aún cuando la perito establece que el entrevistado utiliza defensas primitivas y patológicas correspondientes a fijaciones pre-edípicas tal como la disociación y la proyección. Estas defensas no tienen nada de exitosas en sí, son altamente regresivas, por lo que difícilmente esta modalidad defensiva pueda mantener un buen control pulsional, y menos aún coexistir con otra modalidad defensiva predominante de control propia del estilo obsesivo. O bien predomina una modalidad defensiva o la otra, no ambas.

2. La perito establece que el imputado posee un estilo de abordaje obsesivo del mundo externo e interno, al decir esto está caracterizando profundamente el estilo de personalidad a través de una psicodinamia portadora de mecanismos de defensa típicos del cuadro obsesivo, y como tal los describe: racionalización, intelectualización, formación reactiva, anulación, todo esto se acompaña por un rígido control de los impulsos. Si es esto lo que predomina, entonces no puede predominar al mismo tiempo y de forma habitual el descontrol de los impulsos, tal como la perito sugiere.

3. Es tan controlado como vulnerable al descontrol, esta imagen de alguien controlado y descontrolado al mismo tiempo, la podemos encontrar en casos extremos donde hay una apariencia de control obsesivo excesivo previo a la entrada a una psicosis esquizofrénica, predominando los rígidos rituales de higiene ante el temor de vivenciarse invadido por microbios, o bien controlando la ingesta de alimentos por el temor delirante de ser envenenado, o cosas por el estilo. Es decir en cuadros pre-psicóticos.

4. Muy diferente es el descontrol pulsional del trastorno borderline, cuyo síndrome patognomónico es la “difusión de la personalidad” (Otto Kernberg). El paciente borderline o fronterizo, o para los franceses “l’état limite” (Jean Bergeret), se caracteriza por una fuerte sensación de angustia y temor de ser abandonados por lo tanto presenta una conflictividad egodistónica, que no puede resolver por medio de mecanismos de defensa exitosos, haciendo pasajes al acto, más de tipo autodestructivos, pero altamente impulsivos.

5. No se puede ser al mismo tiempo un obsesivo y un borderline, como surge del informe de la perito; los estilos de personalidad son bien diferentes, el primero será fuertemente controlado y rígido, y el segundo pasa de la alegría a una tristeza infinita en un segundo, se muestra apático y al minuto siguiente entra en cólera, depresión y angustia son frecuentes. Nada tiene que ver el borderline con ser controlado y descontrolado, no pasa por ahí el trastorno borderline. Lo típico es que son inestables, cambiantes y muy lábiles en su estado de ánimo. Cosa que no le ocurre al obsesivo.

6. La perito realiza un juicio valorativo –en lugar de un análisis científico- de la personalidad del imputado, cuando utiliza expresiones calificativas tales como: Es rígido, moralista, agresivo, pendenciero e iracundo…minucioso, pedante y criticón. Es buscador de emociones y arriesgado…Rencoroso, resentido, suele sentirse maltratado y perseguido generando climas hostiles que por proyección cree son externos, pero los genera él… Es dependiente e inmaduro, sin ser consciente de serlo…No obstante es confiable y sensible, bonachón, aunque no profundiza en las relaciones con los otros. No es esperable encontrar este tipo de aseveraciones en un informe pericial psicológico.

7. Qué quiso decir al aseverar: Se trata de un pasional pseudoadaptado con falta de resonancia emocional. Dicho de esta manera, la psicopatología que más se aproxima a esta descripción sería la del Trastorno de personalidad Paranoide o más bien una personalidad paranoica de base. Por lo que ya estaría proponiendo un tercer diagnóstico de personalidad (el primero como personalidad obsesiva, el segundo como personalidad borderline y ahora un pasional pseudoadaptado -o paranoico-)

8. Concluye la perito estableciendo el diagnóstico de Personalidad Borderline: Por el fracaso de las defensas obsesivas, la personalidad como sí y la extroversión. No son éstas las características esenciales para el diagnóstico de Personalidad Borderline.